Guardas de caza, más allá de la rutina del campo
Tenerife
El año pasado, el rastreo de un guarda de caza de Gestión Cinegética de Tenerife resultó clave para que la Guardia Civil localizara e imputara a un hombre que tiró una burra muerta a un barranco entre Granadilla y San Miguel.
Por este servicio, recientemente fue distinguido por el Instituto Armado el jefe de servicio de la mencionada entidad Víctor Fumero Alayón.
Este es un ejemplo de que los integrantes de dicha organización van más allá de sus funciones habituales.
Y, a veces, su conocimiento del terreno resulta un apoyo fundamental para las fuerzas de seguridad al tratar de detectar cualquier delito. Fumero Alayón reconoce que "nuestra labor no es fácil, porque, a veces, nos enfrentamos a situaciones de alto riesgo". Y, además, aclara que "nosotros no llevamos armas; nuestra única arma es el bolígrafo" para anotar cualquier dato interesante o alguna infracción. Y, en ocasiones, los infractores deben hacer frente a sanciones económicas elevadas, por lo que pueden adoptar actitudes agresivas si los detectan.