El cazador tiroteado en Granadilla se salvó por el corcho de su hurón
El hijo de la víctima y guardas de campo reconocen que las lesiones pudieron ser más graves o mortales si no hubiera tenido ese accesorio de caza. El detenido pasa hoy ante el juez.
Clemente Barreto Reyes, el cazador herido por un disparo de escopeta durante la mañana del pasado jueves en Granadilla, salvó la vida "de milagro". El hijo de la víctima y fuentes de los guardas de campo de la Federación de Gestión Cinegética de Tenerife confirmaron ayer que el corcho donde llevaba a su hurón le evitó que los perdigones llegaran a órganos vitales a la altura del pecho, como los pulmones o el corazón
El mencionado objeto quedó destrozado y el hurón del hombre herido murió por los perdigonazos, según explicó el joven hijo de Barreto, que tiene 48 años y trabaja como conductor de guaguas de Titsa. Después de ser sometido a una intervención quirúrgica el pasado jueves por la tarde, el cazador fue trasladado ayer a planta en el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria. Según explicó ayer su hijo, la víctima evoluciona positivamente y ahora la principal preocupación de los médicos es que no se le infecten los puntos que le han dado en la zona abdominal tras la operación. Clemente está consciente y puede hablar, aunque con cierta dificultad. De hecho ayer pudo intercambiar algunas palabras con su nieto. Ayer, agentes del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil con base en Granadilla se desplazaron hasta el citado complejo hospitalario para entrevistarse con la víctima y recabar información de interés sobre el caso.
El detenido, Juan Francisco Medina Rodríguez, que está acusado de homicidio en grado de tentativa, pasará durante hoy a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Granadilla de Abona. Este vecino de San Isidro, que es natural del municipio grancanario de Telde, discutió con la víctima y otro cazador, después fue a su vivienda, regresó a la finca de Las Moradas y disparó contra Clemente, según las fuentes.