España se lleva la palma a la hora de "exportar" especies autóctonas que se convierten en invasoras al tocar tierra extranjera.
Los países del arco Mediterráneo, España incluida, se llevan la palma a la hora de "exportar" especies autóctonas que se convierten en invasoras al tocar tierra extranjera, como el conejo de origen ibérico, pesadilla de Australia,o el bello ojaranzo gaditano, colonizador del Reino Unido. Así han coincidido en señalar el botánico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Pablo Vargas, el biólogo Bernardo Zilleti del Grupo Especialista en Invasiones Biológicas (GEIB) y Nicolás López, biólogo del Área de Conservación de Especies y Espacios de SEO/BirdLife.
Junto al conejo, la mosca de la fruta mediterránea resulta también muy dañina para los campos australianos. Según Vargas (CSIC), las especies mediterráneas, especialmente las plantas, son "muy competitivas" y "muy agresivas" por el clima extremo que soportan, y cuando salen fuera las condiciones les resultan muy cómodas para expandirse. Es por ello por lo que todo el arco mediterráneo es más "exportador" que importador de invasoras. Los motivos ornamentales empujaron a los británicos a llevar hasta sus islas el ojaranzo o rododendro, que a duras penas sobrevive en Cádiz, y que también se encuentra en Turquía.
Fuera de su lugar de origen esta planta tóxica de llamativas flores de color rosa ha resultado ser invasora en el Reino Unido, y más específicamente en Escocia; también en Nueva Zelanda, Bélgica e incluso Francia. El ojaranzo forma masas densas que pueden inhibir la regeneración de las especies nativas y alterar las comunidades de plantas y animales. Los tres expertos consultados coinciden también en señalar a California como ejemplo "destacado" en plantas mediterráneas, muchas de ellas llevadas por colonos españoles.
Así, la bromus matritensis, una especie de gramínea, se ha convertido en una auténtica plaga en el mencionado Estado. En el norte de América, la espectacular mariposa monarca es víctima delVencetósigo negro, original de Italia, Francia, España y Portugal. Según Zilleti (GEIB), la citada planta herbácea de flores hermafroditas interfiere negativamente en la reproducción de este lepidóptero, que todos los años protagoniza un espectacular viaje migratorio desde el sur de Canadá hasta México para poder poner sus huevos.
Chile es otro ejemplo de país donde se pueden observar ejemplos de colonizadoras mediterráneas, como la retamilla o el espinillo. Pero también algunas especies del arco mediterráneo se transforman en enemigas de la biodiversidad y el equilibrio ecológico autóctono cuando tocan tierra canaria o balear. El biólogo Nicolás López (SEO/Birdlife) apunta como ejemplo al madroño, que se ha convertido en especie invasora en Canarias.
Fuente: Público.es