Críticas al contenido del manual desde otra forma de querer disponer de la naturaleza
En Tenerife el hombre con sus introducciones y extinciones de especies dirige
la composición y productividad de las comunidades de vegetación y de fauna silvestre.
La introducción del conejo favoreció el asentamiento humano. Ambos, conejos y hombres han transformado completamente los paisajes tinerfeños originales. Para quienes buscan los paisajes prístinos, el conejo es una autentica plaga que impide la regeneración de las plantas autóctonas. Por eso piensan que lo ideal sería que no hubiera conejos en la isla, aunque saben que esto es difícil de conseguir. En la actualidad no existe riesgo para la vegetación por la abundancia de conejos. La caza extrae el 80% de su población.
Como resultado de una sobredensidad humana de la isla, comparable a la de
los lugares más poblados del planeta, se produce sobreexplotación del conejo. La
presión de la caza es tan grande que la densidad de conejos es muy baja. Esto está
poniendo en riesgo la actividad cinegética y aumentando los conflictos entre los cazadores de forma peligrosa. El manual intenta dar claves para que los cazadores aprendan a cuidar el conejo y puedan encontrar un equilibrio sostenible. Sin embargo, las medidas profilácticas propuestas son preocupantes por el uso y posible abuso de tóxicos (tratamientos propuestos). Darle todo tipo de facilidades a un colectivo que tiende a ser autónomo, autodidacta y frecuentemente autista, no es aconsejable mientras no demuestre suficiente grado de responsabilidad.
La caza del conejo implica a un porcentaje muy importante de tinerfeños.
Conlleva mucho ejercicio de hombres y perros. Por eso es una válvula para el equilibrio y el sosiego mental de las personas, muy recomendable y necesaria. El control de pulgas, garrapatas y mosquitos es deseable en la isla, no sólo para favorecer a las poblaciones de conejos, también a las de los otros vertebrados incluidos los hombres. Existe el otro Punto de vista que prefiere que el hombre no participe en la ecología y deje hacer a la naturaleza. Este es distinto al de la búsqueda de sistemas naturales productivos en bienes para la vida del hombre, como expresan los contenidos de este manual.
Mejora de la gestión cinegética y su dimensión social en Tenerife
Gestión del conejo silvestre en Tenerife.
La superficie de la isla está sometida a continuos cambios. El uso que hacemos del agua y la tierra, modifica de forma constante a los hábitats y las poblaciones de fauna silvestre tinerfeñas. Cada vez tenemos más edificios, más carreteras y menos naturaleza. El conejo silvestre y los espacios para su caza disminuyen. Sin embargo, el número de cazadores se mantiene. Resulta imprescindible aprender a adaptarnos a estos cambios.
La caza del conejo es parte de la cultura popular de la isla. Esta actividad se ha conservado desde el siglo XVI. Sin embargo, hoy la caza del conejo se ve amenazada por muy diferentes razones: exceso de presión de caza, destrucción de hábitats, gatos y ratas introducidos por el hombre, uso de productos tóxicos, circulación de vehículos, enfermedades, etc. Para superar todas estas amenazas, tenemos que adaptarnos a las nuevas condiciones. Esto exige la formación continua del cazador "aprender a cuidar y aprovechar deseablemente el conejo silvestre".
El cazador, obligatoriamente es corresponsable junto al Cabildo de la mejora de la gestión cinegética, de la recuperación de la abundancia en las poblaciones de conejo. Si no somos capaces de autorregularnos, de aplicar el sentido común en el aprovechamiento cinegético, corremos el riesgo de perder este importante recurso.
Este manual contiene los principios para mejorar la gestión del conejo. Si cada una de las partes (administrados y administración) asumimos nuestra cuota de responsabilidad, si somos verdaderamente corresponsables, podremos garantizar la sostenibilidad del conejo y de su aprovechamiento sostenible.
Wladimiro Rodríguez Brito
Consejero del Área de Medio Ambiente
y Paisaje del Cabildo de Tenerife