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miércoles, 9 de septiembre de 2009
Los cazadores muestran su preocupación por la muerte de perros
Un reguero turbio, mezcla de amargura y rabia, atraviesa el mundo de la caza en Lanzarote. La muerte por envenenamiento de tres perros el pasado domingo en Montaña Negra, cerca de Masdache, ha completado una racha trágica que arrancó el 16 de agosto con la muerte de otros nueve canes, también al aspirar veneno, aunque en circunstancias muy distintas en ambos casos.
09/09/2009 | La Provincia, Diario de Las Palmas | GREGORIO CABRERA
El sentimiento, no obstante, es el mismo. "Hay mucho dolor y mucha preocupación con todo esto", explicó ayer este diario el presidente de la Sociedad de Cazadores, Bernabé García.
García aclara las diferencias entre ambos episodios, ambos investigados por la Guardia Civil tras las denuncias presentadas por los propietarios de los animales. En el primero de los casos, los doce perros que se intoxicaron lo hicieron al olfatear junto a unas parras en la llamada Cuesta de Ajey (Teguise) que habían sido tratadas con matarratas para evitar el ataque de roedores y conejos. "Había puños hasta de medio kilo y los perros se acercaron para 'golisnear' porque allí llega el rastro de otros animales", apunta. De hecho, asegura que también mueren otras especies, incluidas hubaras y otras aves. "Es una irresponsabilidad lo que hace esta gente, porque te puedes comer un conejo envenenado", dice. Matiza que, por fortuna, estas prácticas no son frecuentes.
Peor pinta tiene lo sucedido el pasado fin de semana. El veneno se había regado sobre unos trozos de carne frita dispuestos adrede sobre un cenicero. Tres perdieron la vida en cuestión de diez minutos y otros dos se salvaron in extremis, por la pericia de una veterinaria: "Empezaron a temblar y a echar espuma por la boca", recuerda uno de los propietarios, Borja Cabrera.