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Bienvenidos a la Web de los Cazadores de Tenerife.

Un lugar para todos los amantes de la Caza en Tenerife donde se puede dejar plasmado sus sentimientos ante este arte que compartimos todos los Cazadores.

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lunes, 28 de septiembre de 2009

Perros sin identificar atacan a las ovejas


Dos o tres perros están causando una verdadera masacre en el ganado ovino de la Isla de El Hierro. El problema no es nuevo, si bien en el último mes se ha recrudecido de tal forma, que a un solo pastor le han matado, en lo que va de mes, más de 50 ovejas y diez han desaparecido.

28/09/2009 | La Opinión de Tenerife | VICTORIA CABRERA

Y lo peor no es la pérdida de los borregos, sino de la genética, ya que se trata de un ganado selecto, en el que han trabajado muchos años para conseguir la mejora de la especie.

Estiman que en lo que va de año han muerto por la acción de estos perros cerca de 200 ovejas. Los ataques de perros al ganado no son nuevos, se viene produciendo desde hace años, "a veces, más, a veces, menos", pero lo que se ha producido este último mes no tiene precedentes, según el ganadero Leonardo Fonte, quien contabilizó la pérdida de más de 50 animales y la desaparición de una decena de ellos. El daño económico, más en los tiempos de crisis en que vivimos, es importante. Sin embargo, para Fonte, su valor es incalculable, ya que las ovejas atacadas son ejemplares de una especie mejorada de cría y recría, de las mejores que hay en Canarias. "Ha costado muchos conseguir este ganado de una alta producción", añade el pastor.

Los ataques al ganado de Leonardo Fonte, que el pastor ha denunciado a las autoridades policiales y municipales, se produjeron en San Andrés, el centro de la Isla del Meridiano, a donde su dueño lleva a pastar a los animales. Según el ganadero, son sólo dos o tres perros los que están matando a las ovejas, "no son canes salvajes, son perros que no están identificados", tal y como contempla la legislación, asegura Leonardo Fonte, que asegura que, al menos, las ovejas de 20 propietarios de ganado, no todos ganaderos profesionales, han sufrido la acción de estos perros.

Leonardo Fonte se siente impotente y reclama a los Ayuntamientos que no hagan la vista gorda con los propietarios de perros que no cumplan con los requisitos que marca la ley, es decir, que tengan al animal identificado, vacunado y controlado. En el mismo sentido se pronuncia el jefe de servicio de Ganadería del Cabildo Insular, el veterinario Pedro Padrón, que ha tenido oportunidad de ver la carnicería que están haciendo estos perros, que asegura son lcanes de una "raza indefinida y pequeño tamaño, no más 14 kilos de peso".
Pedro Padrón, que lamenta que siempre paguen por este tipo de sucesos los perros de caza, cuando éstos –asegura– son "los más controlados" porque están identificados y sus propietarios tienen un seguro de responsabilidad. Padrón aprovecha la ocasión también para pedir a los propietarios de las ovejas que no se tomen la justicia por su mano y que, en ningún caso pongan veneno para matar a los causantes del desastre , porque podrían perjudicar a otras especies.

Batalla perdida
El responsable de la asociación ganadera de la Isla, Pedro Andrés Cabrera es pesimista y ni tan siquiera ha intervenido en el asunto en esta ocasión. Considera que es "una batalla perdida".

Cabrera explica que ya denunció hace varios años este mismo problema, las quejas llegaron incluso al Diputado del Común, y no se ha resuelto nada. Según el responsable de la asociación ganadera, las distintas autoridades mostraron una gran disposición para buscar una solución, hicieron muchas promesas, pero diez años después, la situación sigue exactamente igual.

Y la solución es muy fácil, según el representante de los ganaderos, basta con "aplicar la ley y construir una perrera municipal "que recoja a todos estos animales que están en la calle sin identificar y, cuando aparezca el dueño, si aparece, que lo sancionen". Cabrera opina que si para un sólo ayuntamiento es gravoso mantener unas instalaciones de este tipo, bastaría con una de carácter insular.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

PRESENTADO EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE DEPORTES EL PROYECTO DE DECLARACIÓN DE LA CAZA CON PODENCOS Y HURÓN COMO DEPORTE AUCTÓCTONO Y TRADICIONAL

19/09/2009
EL DIRECTOR GENERAL DE DEPORTES, D.ALVARO PÉREZ SE MOSTRÓ MUY INTERESADO, Y ESPERANZADO DE QUE LA COMISIÓN A LA VISTA DE LOS DATOS, MEMORIA EXPLICATIVA Y PROYECTO CON EL REGLAMENTO DE COMPETICIÓN, SEA CONSECUENTE CON EL DESEO DE LA FEDERACIÓN CANARIA DE CAZA, Y LOS CABILDOS QUE APOYAN ESTA DECLARACIÓN

No cabe duda, de que cada día son más los cazadores de conejos, que saborean las delicias de cazar sin armas de fuego, usando los podencos y los hurones.

Desde hace muchos años, décadas e incluso siglos, la caza en Canarias ha estado impregnada por el sabor a campo y a agricultura. La defensa de los cultivos, en épocas en que todo se plantaba al aire libre, y donde había riego este era a chorro, por los los machos y surcos que repartían el agua a los cultivos, siempre había en sus orillas numerosas especies cinegéticas, conejos, palomas y perdices principalmente, que en ocasiones causaban tremendos daños a las cosechas.

Casi todos los campesinos tenían en sus chozas o cuevas, los elementos necesarios para compatir estas plagas, y entre ellos no faltaban la pareja de perros de caza y uno o dos hurones, que cada día en la bestia que usaban para el transporte, se llevaban a veces escondidos, para burlar la vigilancia del guardia de turno y traer para casa, algún que otro conejo o perdiz.

Hemos oído historias de escopetas, que nunca se guardaban en casa, sino en alguna cueva o fallso techo, de las chozas junto a cartuchos recargados una y otra vez, para tirar a palomas y perdices.

Otra herramienta muy popular, era el "velos" o "red", en otros lugares llamados "capillos". Estas artes servían para ahorrar ruidos y cartuchos, y bien colocadas eran trampas infalibles.

Algunos cazadores ni siquiera las colocaban en las bocas de las moradas, sino que obligaban a salir al conejo en una dirección de forma apurada, cuando dejaba la morada y en el paso adecuado, le esperaba la red en la que caía.

Recuerdo un anciano cazador del sur de Tenerife, ya fallecido, que siempre llevaba una "cachorra", a veces de hasta tres años, escodida en el serón de la burra, y pasaba por delante del cuartel de la Guardia Civil, como si tal cosa. Este personaje casi hasta su muerte, estuvo cazando y cuando ya las piernas le impedían andar con los perros, sus hijos le llevaban en el coche y el con sus bastones caminaba hacia un morro, en el que veía la mayor parte de los lances.

Por ello después de todos estos años, se está imponiendo el recuerdo y los cazadores conocedores del daño que hace la escopeta mal usada, desearían que la caza del conejo, se hiciese siempre sin ella. Ello representa un problema, pues los aprovechados casi siempre usarán la red, y dejarán el campo practicamente limpio en poco tiempo.

Solo se salvan de esta situación, los cazaderos de volcán o los alrededores de canteras, taliscas y molleros, que por su gran cantidad de salidas, hacen imposible el uso de la red.

En fin, vamos a ver cuando es la fecha en la que se reciba la comunicación, de que por fin, nuestra "CAZA CON PODENCOS Y HURON, SEA DECLARADA COMO DEPORTE AUTÓCTONO Y TRADICIONAL EN CANARIAS".

Siempre estarán, los que afirman que la caza no es un deporte, pero la realidad es que si se practica como debe ser, no hay mejor deporte que la actividad cinegética.

Los chicharreos.com

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Los cazadores muestran su preocupación por la muerte de perros


Un reguero turbio, mezcla de amargura y rabia, atraviesa el mundo de la caza en Lanzarote. La muerte por envenenamiento de tres perros el pasado domingo en Montaña Negra, cerca de Masdache, ha completado una racha trágica que arrancó el 16 de agosto con la muerte de otros nueve canes, también al aspirar veneno, aunque en circunstancias muy distintas en ambos casos.

09/09/2009 | La Provincia, Diario de Las Palmas | GREGORIO CABRERA

El sentimiento, no obstante, es el mismo. "Hay mucho dolor y mucha preocupación con todo esto", explicó ayer este diario el presidente de la Sociedad de Cazadores, Bernabé García.

García aclara las diferencias entre ambos episodios, ambos investigados por la Guardia Civil tras las denuncias presentadas por los propietarios de los animales. En el primero de los casos, los doce perros que se intoxicaron lo hicieron al olfatear junto a unas parras en la llamada Cuesta de Ajey (Teguise) que habían sido tratadas con matarratas para evitar el ataque de roedores y conejos. "Había puños hasta de medio kilo y los perros se acercaron para 'golisnear' porque allí llega el rastro de otros animales", apunta. De hecho, asegura que también mueren otras especies, incluidas hubaras y otras aves. "Es una irresponsabilidad lo que hace esta gente, porque te puedes comer un conejo envenenado", dice. Matiza que, por fortuna, estas prácticas no son frecuentes.

Peor pinta tiene lo sucedido el pasado fin de semana. El veneno se había regado sobre unos trozos de carne frita dispuestos adrede sobre un cenicero. Tres perdieron la vida en cuestión de diez minutos y otros dos se salvaron in extremis, por la pericia de una veterinaria: "Empezaron a temblar y a echar espuma por la boca", recuerda uno de los propietarios, Borja Cabrera.